domingo, 24 de noviembre de 2013

Alcohol + Cafeína= Combinación Imperfecta



El alcohol es una de las sustancias más ampliamente utilizadas en el mundo.

En muchas sociedades como en la nuestra, su  consumo  es una práctica muy habitual y ampliamente aceptado por todos. Para muchas personas, beber moderadamente probablemente sea sano. Quizá hasta puede tener beneficios para la salud, se suele decir que una copa de vino en las comida tiene efectos beneficiosos sobre nuestra salud.


Según la OMS El consumo nocivo de bebidas alcohólicas causa 2,5 millones de muertes cada año. Ocupa el tercer lugar entre los factores de riesgo de la carga mundial de morbilidad; es el primer factor de riesgo en el Pacífico Occidental y las Américas, y el segundo en Europa.


Un consumo prolongado de bebidas alcohólicas,  puede causar enfermedades hepáticas, cardiacas, cáncer y pancreatitis. También puede causar problemas en el hogar, en el trabajo y en el círculo de amistades.

Pero cuantas veces  hemos visto mezclar por ejemplo Red Bull con whiskey, una práctica muy habitual verdad?


La mezcla de alcohol con cafeína es una combinación imperfecta. En realidad  estamos mezclando un depresor del Sistema Nervioso Central (SNC) con un estimulante. Y desde aquí ya podemos imaginarnos lo que sucede en nuestro organismo.

La cafeína es una sustancia  que se encuentra en el café, el té, bebidas gaseosas, chocolate, nueces de cola y ciertas medicinas. Tiene muchos efectos en el metabolismo del cuerpo, incluyendo la estimulación del sistema nervioso central.

Para la mayoría de las personas, la cantidad de cafeína, entre dos y cuatro tazas de café diarias, no es dañina. Sin embargo, demasiada cafeína puede causar,  insomnio, ansiedad,  irritabilidad,  dolores de cabeza, ritmos cardíacos anormales u otros problemas.


La cafeína se absorbe y pasa rápidamente hacia el cerebro. No se acumula en el torrente sanguíneo ni se almacena en el organismo. Sale del cuerpo en la orina muchas horas después de haber sido consumida.

No existe ninguna necesidad nutricional para la cafeína y se puede evitar en la alimentación. No disminuye los efectos del alcohol, aunque mucha gente todavía cree que una taza de café  ayuda a estar sobrio.

 Las grandes cantidades de cafeína pueden disminuir la densidad de la masa ósea, porque interfiere con la capacidad del cuerpo para absorber el calcio, lo cual puede llevar a osteoporosis.


El alcohol, en cambio,  se obtiene por medio de la fermentación de cereales, frutas o vegetales.

Cuando consumimos  alcohol, éste ingresa en el torrente sanguíneo. Desde allí, afecta el sistema nervioso central (el cerebro y la columna vertebral), que controla prácticamente todas las funciones del cuerpo.

El alcohol es un depresor del SNC. Esto significa que hace más lento el funcionamiento del sistema nervioso central. El alcohol, bloquea algunos de los mensajes que intentan llegar al cerebro. Esto altera las percepciones, las emociones, los movimientos, la vista y el oído de una persona.


En cantidades muy pequeñas, el alcohol puede ayudar a que una persona se sienta más relajada o menos ansiosa. Una mayor cantidad de alcohol provoca cambios más grandes en el cerebro y produce una intoxicación.

Combinar la cafeína con alcohol, lo que conseguimos es enmascarar los efectos depresores del alcohol. A simple vista parece bueno pero para nuestro corazón no lo es.


Cuando estimulantes como la cafeína, presentes en las bebidas energizantes, llegan a nivel del Sistema Nervioso Central, hacen que el organismo se altere. Las  personas tienen la necesidad de consumir más licor y bebidas energizantes, lo que puede hacer que consumamos más cantidad de alcohol de la que consumiríamos en condiciones normales.

La combinación de estas dos sustancias puede llevarnos a padecer convulsiones, ansiedad, irritabilidad, insomnio, cefaleas y, en casos extremos, taquiarritmias
La cafeína no ejerce efecto alguno en el metabolismo del alcohol por el hígado. Por lo tanto, no reduce las concentraciones de alcohol en la sangre ni reduce los riesgos asociados al consumo de alcohol.

Divertirse es sano y recomendable, siempre que lo hagamos de manera responsable. No se necesita consumir alcohol para pasar un fin de semana inolvidable.

NoirStyleOnline.com
Joana Bocobo