lunes, 13 de mayo de 2013

Los cosméticos contribuyen a mejorar nuestra imagen


Todos los tratamientos cosméticos requieren, como premisa, una limpieza cuidadosa y detenida. Con ella tratamos de eliminar:
  • La suciedad del ambiente.
  • Los restos de secreciones propias de la piel y las células queratinizadas.
  • Los residuos de los cosméticos empleados.
La finalidad de la limpieza es restablecer la ausencia de suciedad. Al mismo tiempo frena el aumento de gérmenes indeseables de la flora cutánea. Los diferentes procedimientos de limpieza pueden influir negativamente en la estabilidad y la aptitud funcional de la piel.
Los remedios clásicos de limpieza, desde hace miles de años, son el agua y el jabón. El agua por sí sola no es suficiente para limpiar la piel a fondo porque solo elimina los componentes hidrosolubles y no los liposolubles, que para eliminarlos se necesita una sustancia con alto poder tensioactivos.


Todos los procesos de limpieza e incluso si solo utilizamos el agua, tienen el inconveniente de que eliminan parte de componente hidrolipídico protector. El lavado favorece la desecación de la piel. Puede darse el caso de que un tipo de piel normal se convierta en piel seca a causa de lavados frecuentes.

La desecación va acompañada siempre de la eliminación de grasa. Si desciende demasiado la proporción de ésta, puede llevarnos a padecer una alteraciones cutáneas, la más grave es la sebostasis. La superficie de la piel suele tener un aspecto áspero y sin brillo por la pérdida de grasa. En la capa córnea se desprenden los componentes capaces de fijar la humedad (natural mosturizing factors, NMF). Este grupo de sustancias higroscópicas regula la proporción de humedad de la piel.

La capacidad de la piel para regenerar el manto ácido protector es muy diversa. Esta capacidad regeneradora va a depender en gran medida de la composición de nuestros cosméticos. Lo cosméticos que incorporen probióticos en su formulación tienen la particularidad de que fortalecen el sistema de protección natural de la piel, eliminan las inflamaciones, previenen la descamación de la piel e igualan la tez de la cara al mismo tiempo que mejoran el metabolismo celular, aumentan la síntesis de colágeno y elastina previniendo la aparición de las temidas arrugas.

En el mercado podemos encontrar diversos productos de limpieza como son:
  • La leche limpiadora.
  • La pastillas de jabón.
  • Las aguas miscelares.
  • La loción limpiadora.
La elección del tratamiento va a depender del tipo de piel en gran medida de lo que nos resulte más fácil de utilizar. La leche limpiadora suele ser el remedio de elección para el cuidado de la cara por reunir las mejores condiciones, ya que ejerce su acción solamente en la superficie y no penetra en la piel. Es ideal para las pieles secas, elimina restos de maquillaje.

Recuerda que después de la limpieza de la cara se recomienda usar un tónico debido a que aumenta la irrigación sanguínea, revitalizando la piel y proporcionándonos un gran frescor.

El cuidado de la piel no tiene por qué ser un lujo. Actualmente podemos encontrar una amplia gama de cosméticos adaptado a nuestras necesidades que contribuyen a mejorar nuestra imagen y a que parezcamos más jóvenes.

Fuentes: Cosmética para Farmacéuticos


Joana Bocobo Sebbe.
Farmacéutica.


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